Me hice un borrador mental después de consultar fotos de la época, sobre todo de diseño de distintos espacios, vestidos y complementos.
Así que la idea de utilizar perlas, plumas, blonda y un camafeo, me pareció ideal para recrear la estética de los 20.
Pensé que la combinación de blanco y negro con mezcla de texturas le daría el toque especial y elegante que toda tarta para boda necesita dejando de lado lo convencional.
Elaborar esta tarta fué muy gratificante al igual que el resultado, donde se puede ver plasmada mi primera idea del diseño y algunas otras que surgieron sobre la marcha.
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