La boda de Javi y María ha supuesto un gran desafío, sin ninguna duda. El día que recibimos la invitación para asistir, en el mismo paquete venía el encargo para hacer la falda de tul para María y la tarta nupcial.
Se iba a tratar de una ceremonia con familiares y amigos sin protocolos ni formalidades, en la cual los invitados estábamos tentados a poder asistir calzando Converse AllStar si así lo deseabamos, como harían los novios.
Tenía varios frentes abiertos, así que con tiempo me puse a ello... no podía salir nada mal.
Tenía varios frentes abiertos, así que con tiempo me puse a ello... no podía salir nada mal.
María quería lucir un look alternativo rompiendo con lo convencional, así que diseñamos una falda larga de varias capas de tul que le aportó un toque romántico, pero que convirtió en roquero al combinar esta con un fajín que realicé en polipiel para atarlo a la cintura, unas Converse negras, una camiseta de rayas y una chaqueta perfecto de piel. A mí personalmente me encantó el resultado del look ya que reflejaba perfectamente la personalidad de María.
En cuanto al pastel, tampoco querían nada tradicional, así que me tocó improvisar y la improvisación me llevó a realizar una tarta blanca de dos pisos, decorada con tonos negros y rojos (estrellas y lazo) y para coronarla realicé unas Converse Allstar en fondant, una con su velo a modo de novia y la otra con su bombín y su pajarita como novio... original, ¿no?
No conforme con esto, decidimos junto con dos amigas más del grupo, Ingrid y Vane, regalar a los novios una mesa de dulces en la que no faltaría ningún detalle. Trabajamos muy duro pero al final valió la pena y a los novios les encantó su dulce regalo.
Gracias a María y a Javi por compartir este momento tan especial de sus vidas con nosotros. Pasamos un día fantástico y todo salió perfecto.
Aquí os dejamos algunas fotos.
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